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Fitotecnia

Nº09 FRUTALES. Noviembre, 1997 - Universidad de Caldas - A.A. 275 Manizales. Colombia

FERTILIZACIÓN EN TOMATE DE ÁRBOL [Cyphomandra betacea (Cav.) Sendt.]

Juan Carlos Aristizábal L. I.A. Especialista en post-cosecha y Javier García A. MSc

INTRODUCCIÓN

El principal objetivo de la explotación agrícola consiste en obtener máximas cosechas mediante el uso racional y eficiente de los insumos y recursos disponibles. El tomate de árbol no escapa a esta generalización.

El tomate de árbol es originario de América del Sur; Colombia, Ecuador y Perú son los paises de los cuales se cree se ha difundido su cultivo a otros paises de América y Europa.

Nueva Zelanda es el país con mayor producción a nivel mundial. Allí fueron llevadas pocas semillas provenientes de los lugares de origen y a partir de ellas hicieron selección de materiales, a las que denominaron "Tamarillo" (Luna y Osorio, 1993).

En Colombia se ha venido incrementando el cultivo del tomate de árbol durante la última década; esto como consecuencia del aumento de la demanda ocasionada por un mejoramiento en el hábito de consumo y por la ampliación del mercado internacional de esta especie; además de la buena calidad, la rápida producción y los precios bajos, en comparación con otras frutas utilizadas en la canasta familiar. Por esto se hace necesario investigar en diversos aspectos del cultivo, entre ellos, la fertilización.

La práctica de fertilización en cultivos de tomate de árbol, en la mayoría de los casos, se viene realizando sin ningún soporte científico y basándose solamente en las experiencias de los agricultores o en las deficiencias químicas detectadas en los análisis de suelos (Caracterización), que para las zonas de cultivo, como lo reporta Barrera (1994), "...presentan altos contenidos de materia orgánica con un grado bajo de mineralización, bajo contenido de fósforo y medio-bajo de potasio", razón por la cual se requiere un plan de fertilización basado en estos tres elementos, que son fundamentales para el cultivo en sus diferentes estados de desarrollo.

Así mismo, para dicha práctica no se han precisado las dosis de aplicación y su distribución en el tiempo, limitándose ésta última a las épocas de lluvia, a las distintas etapas de desarrollo del cultivo y, en la mayoría de los casos, a la disponibilidad de recursos por parte del agricultor (Escarria, 1986).

En atención a lo anterior, se realizó el presente trabajo cuyos objetivos principales fueron: Evaluar cinco dosis de fertilizante completo y dos épocas de aplicación, para determinar cuál dosis permite el mayor rendimiento y estimar la época más apropiada para su aplicación.

MATERIALES Y MÉTODOS

El presente trabajo, como parte de un convenio suscrito entre la Federación de Cafeteros y la Universidad de Caldas, se desarrolló en un lote experimental de la granja "Tesorito", ubicada en la vereda Malteria del municipio de Manizales (Caldas) y propiedad de la Universidad de Caldas. Las caracteristicas más importantes de la granja son las siguientes: Altitud: 2200 m.s.n.m; Temperatura: 16.5°C ; Humedad relativa: 85% y Precipitación: 1.800 mm anuales.

Material Vegetal. La siembra se realizó en noviembre de 1991; para ello se utilizaron plántulas de tomate rojo [Cyphomandra betacea (Cav.) Sendt], que se transplantaron al campo a los dos meses de estar en vivero, en bolsas con una mezcla de gallinaza y tierra en proporción 1:3, respectivamente. La distancia de siembra fue de 2.5 x 2.5 m al cuadrado (1.600 plantas/ha). Al momento de la siembra se aplicaron 2.0 Kg de gallinaza por sitio y 25.0 g del insecticida nematicida furadan.

Tratamientos. De acuerdo con las condiciones del terreno, se planteó un diseño de Bloques Completos al Azar (BCA) con nueve tratamientos y cuatro repeticiones. Se estudiaron cuatro dosis de una mezcla de nitrógeno, fósforo y potasio (N.P.K) en la proporción 15-15-20 y dos frecuencias de aplicación. Las fuentes utilizadas fueron Urea (46% N), DAP (18%a N, 46°la P2O5), y KCI (60°la K2O). Los tratamientos (TTO) aplicados fueron:

1. Testigo.
2. 130 g/planta de 15 15 20 cada 2 meses
3. 270 g/planta de 15 15 20 cada 2 meses
4. 400 g/planta de 15 15 20 cada 2 meses
5. 530 g/planta de 15 15 20 cada 2 meses
6. 130 g/planta de 15 15 20 cada 4 meses
7. 270 g/planta de 15 15 20 cada 4 meses
8. 400 g/planta de 15 15 20 cada 4 meses
9. 530 g/planta de 15 15 20 cada 4 meses

Al momento de la cosecha se determinaron el número de frutos por árbol y el peso de los mismos, cuyos valores fueron sometidos a análisis de varianza correspondiente al diseño experimental empleado.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Epoca de aplicación y número de frutos. Con base en la información de campo y el análisis estadístico, se estableció que el número de frutos por planta presentó diferencias significativas entre los tratamientos 1 y 6 (Testigo y 130 g/planta cada 4 meses) con el tratamiento 7 (270 g/planta cada 4 meses). El mayor número de frutos por planta correspondió al tratamiento 5 (530 g/planta cada 2 meses) seguido por el tratamiento 8 (400 g/planta cada 4 meses), siendo el testigo el de menor número de frutos cosechados (Tabla 1).

Tabla 1. Producción de frutos por planta de acuerdo con el tratamiento.

* Promedios dentro de cada columna seguidos de letras distintas, denotan diferencias significativas según la prueba de Tukey.

El número de frutos varió entre 128 y 307 por parcela, durante el tiempo de evaluación.

En general, las plantas fertilizadas produjeron más cantidad de frutos que aquellas que no recibieron tratamiento. Con los análisis realizados no se observó evidencia de que disminuyendo o aumentando la frecuencia de aplicación de 2 a 4 meses o viceversa, el número de frutos por planta se aumente o disminuya. También se observó que incrementando la dosis de 130 a 530 g/planta se aumenta la producción .

Rendimiento. Con base en la prueba de comparación de medias, se observó un comportamiento homogéneo al fertilizar cada 2 meses con 400'g/planta y cada 4 meses con 270 y 400 g/planta. .

En general, las plantas que no recibieron tratamiento, tienen menor producción en kilogramos por parcela, que aquellas que sí se fertilizaron.

Es claro que aumentando la dosis de 130 a 530 g/planta, se aumenta la producción en cada una de las plantas tratadas.

Al no presentarse diferencia estadística entre las épocas de aplicación, es evidente que es preferible fertilizar cada 4 meses, puesto que así hay ahorro de insumos, mano de obra y en general, disminución de los costos de producción del cultivo.

Con base en la ecuación de regresión del modelo obtenido, se calculó la dosis óptima para obtener mayor producción, la cual es de 344 g/planta.

BIBLIOGRAFIA

BARRERA, L.L. "La fertilidad de los suelos de clima frío y fertilización de los cultivos". En: Fertilidad de 'suelos diagnóstico y control. Sociedad Colombiana de la Ciencia del Suelo. Bogotá, 1g94. p 41g-463.

LUNA, J.1. y OSORIO, D.L. El cultivo del tomate de árbol en la provincia del Sumapaz (Cundinamarca). En: Agrodesarrollo. Universidad Pedagógica y Tec- nológica de Colombia. Vol. 4 N° 1-2 Tunja. Diciembre. 1993.

ESCARRIA, R-C- "Tomate de árbol". Gobierno Departamental. Secretaria de Agricultura y Fomento del Valle. Cali. 1986.

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